19 julio 2013

Pequeña Historia de Madrid Escrita para un Blog: Capitulo 1: La Leyenda de la fundación de Madrid



Leyenda de la fundación de Madrid: Ocno Bianor

Todas las grandes ciudades tienen un origen legendario y Madrid no iba a ser menos. La leyenda de la fundación de Madrid arranca de la ciudad de Troya.

El antepasado de nuestro fundador fue Bianor. Este príncipe troyano fue citado en un pasaje de la Ilíada de Homero en el que describe un duelo entre Agamenón el atrida rey de Micenas y Bianor. Al abuelo de nuestro héroe no le fue bien y perdió la vida en el duelo. Su hijo de nombre Bianor fue uno de los troyanos que como Eneas huyeron de la ciudad por el saqueo de los griegos.




Bianor se estableció en un territorio (en la actual Albania) y fundó un reino. Al morir le sucedió como rey Tiberis que tenía dos hijos, uno legítimo y otro bastardo de nombre Bianor hijo de una pastora de nombre Manto. Tiberis decidió que Manto y su hijo abandonaran su reino para evitar problemas de sucesión y los envió al norte de la península Itálica. Allí se establecieron y fundaron una ciudad llamada Mantua (Mantova en la actualidad).

Pasó el tiempo y Bianor tenía sueños en los que se le aparecía el dios Apolo. En uno de ellos el dios le avisó que en la ciudad de Mantua iba a surgir una epidemia en la que todos morirían y que él se tenía que dirigir hacia donde se pone el sol. Manta se rió de su hijo pero poco después murieron los notables de la ciudad de una rara enfermedad, entonces Mantua accede a que su hijo parta de la ciudad pero le dijo que tenía que tomar como nombre Ocno Bianor, es decir, "el que tiene el don de ver el futuro en sus sueños".

Ocno viajó diez años hasta que un día Apolo se le apareció de nuevo en un sueño y le dijo que en el lugar en el que se encuentra es donde tiene que fundar un nuevo reino y una ciudad que sería su capital y que debería de poblar y consagrar a los dioses. 



En el mismo sueño Apolo le comunicó que esa ciudad perduraría por tanto tiempo como el que vivieran los propios dioses pero para ello Ocno tendría que sacrificar su vida.

Cuando despertó de su sueño, Ocno observó el terreno y era luminoso, abundante en agua y rico en vegetación de encinas y madroños. Diseminados por los montes circundantes había pequeños grupos de chozas habitadas por gente que se ocupaba en el pastoreo.
Esa gente pertenecía al pueblo de los Carpetanos (pueblo de origen celta que ocupaba el centro de la península Ibérica desde la sierra de Guadarrama hasta el Tajo ocupando gran parte de la Comunidad de Madrid y parte de la Comunidad de Castilla la Mancha).
Los Carpetanos tenían una profecía que decía que no podrían fundar una ciudad hasta que no recibiesen alguna señal de sus dioses.




Ocno les dijo a los jefes de los carpetanos que él era la señal enviada por los dioses, Apolo le había ordenado fundar allí  una nueva ciudad. En un principio sus palabras fueron acogidas con recelo, pues pensaban que lo que quería era gobernarlos, pero entonces Ocno les desveló que tendría que sacrificar su vida a cambio de la prosperidad de la ciudad y al ver su valor y generosidad terminaron por aceptar su palabra
La ciudad fue construida pero nació una disputa cuando tuvieron que consagrarla, ya que los ancianos que habían hablado con Ocno Bianor pretendían consagrarla a Apolo, el dios que había ordenado la fundación de la ciudad, mientras que otros carpetanos querían consagrarla a sus dioses.



Para resolver la duda Ocno convocó en sueños a Apolo y éste le reveló que la ciudad debía consagrarse a Metragirta, diosa de la Tierra, también conocida como Cibeles. Al despertar, Bianor reunió el consejo de ancianos y les comunicó la voluntad de Apolo y  ordenó cavar un foso y se hizo tapar con una gran piedra labrada. Los carpetanos se sentaron a orar sobre la losa, hasta que la última noche de aquella luna se desató una gran tormenta y de una de las nubes descendió la diosa Metragirta (también conocida como Cibeles) sobre un carro tirado por dos leones, sacó a Ocno de su tumba y lo hizo desaparecer. Así, la ciudad la llamaron Metragirta. Hoy Madrid.




El carro de la Diosa son las 7 estrellas de la Osa Mayor que domina las noches madrileñas. Esas siete estrellas que figuran en el escudo de Madrid desde su fundación como villa ya en la Edad Media y que ahora figuran en la bandera y escudo de la Comunidad de Madrid











3 comentarios:

  1. Hola José. Se ve muy interesante el blog. Yo he leído en otros libros sobre el origen moro de Madrid como "Mayrit" y su fundación como fortaleza al norte de Toledo para proteger la frontera en el borde del emirato de al ándalus. No había leído nada sobre pruebas de que se hubiera construido una ciudad previa a la llegada de los moros.
    Saludos.

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    1. Gracias por tu comentario, cuando llegue a la epoca musulmana de Madrid ya comentaremos. Proximamente voy a publicar el siguiente capitulo de la historia de Madrid correspondiente a los pueblos prerromanos, en concreto carpetanos y vettones que fueron los que habitaron en nuestra comunidad. En Madrid tienes un castro en el cerro de la Gavia que es carpetano y yo estoy seguro que debajo del palacio Real y debajo de los restos musulmanes hay un castro ya que es el sitio ideal para ubicarlo, mejor que en la Gavia.

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    2. Hola José Manuel, muy interesante tu blog, y más interesante aún lo que comentas del castro debajo del Palacio Real. Conocerás que el reciente hallazgo de un esqueleto visigodo en la misma Plaza de la Armeria y la falta de evidencias sobre un asentamiento civil en Magerit (el origen de Madrid), descubiertas en las obras del Museo de Colecciones Reales, cuestionan lo establecido hasta ahora por la Historia sobre el nacimiento de Madrid. La arqueóloga responsable de las excavaciones, Esther Andréu, ha señalado que la estancia del regimiento moro en Madrid, que duró al menos dos siglos, consistió en un asentamiento únicamente militar, pero no civil. Las pruebas que han recogido, de restos de actividades agrícolas que llevarían a cabo los guardias de la fortaleza, no apuntan a una vida civil sedentaria. Así, en las excavaciones se han encontrado restos de calles y seis casas habitadas, pero ya del siglo XII, en la época de la conquista cristiana. Son las viviendas más antiguas encontradas hasta ahora en esta zona en la que se supone nació Madrid y en el que no se han hallado las mismas evidencias de época árabe. Pero las excavaciones también han traído otras sorpresas mucho más antiguas. Los arqueólogos han descubierto entre la plaza de la Armería y la catedral un esqueleto visigodo perteneciente al enterramiento conocido más antiguo de Madrid y único vestigio visigodo hallado en la ciudad. Según Andréu, se trata de un hombre de unos 25 años que vivió antes de la invasión musulmana.

      La arqueóloga jefa ha indicado que no se trataría de una necrópolis o un enterramiento programado, sino de una posible muerte de un pastor que erraba por la zona, por lo que se descarta la idea de asentamiento visigodo urbano. Sin embargo, la experta no desdeña que pudiera haber en la zona un pequeño villorio visigodo.
      Y más interesante aún, en la zona II apareció un pequeño arroyo canalizado en época islámica con unas piedras colocadas en el cauce que, probablemente, sirvieran para que en caso de lluvia no hubiera filtraciones y fluyera bien el agua que pasaba por debajo del portillo de la muralla. Debió de desecarse desde muy antiguo. Al excavar el arroyo aparecieron fragmentos de cerámica datados en el siglo I antes de Cristo. Estos estaban muy rodados por lo que se deduce que fueron arrastrados. Algunos encajaban –eran del mismo recipiente- pero otros son piezas sueltas. Además apareció una piedra ovalada de granito que servía para moler a mano.
      A la vista de estos fragmentos, no se puede decir que en ese punto zona occidental de la Catedral de la Almudena- hubiera un pequeño asentamiento carpetano ya que no aparecieron restos de estructuras de casas, pero sí podría haber habido uno más alejado (más cerca de la calle de Bailén) y que fueran arrastrados por dicho arroyo hasta que quedaron depositados en el lugar donde aparecieron.
      Parece que estabas en lo cierto y es más que probable la existencia de un castro carpetano justo debajo del Palacio Real..

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Gracias por tu comentario MdM