28 septiembre 2017

HUMILLADEROS DE MADRID 1: EL HUMILLADERO DE LA CALLE FUENCARRAL



La palabra Humilladero en el siglo XXI no nos dice nada o bien puede tener connotaciones negativas pero en los siglos anteriores todo el mundo sabía que era un humilladero.


La palabra deriva del verbo humillar,  postrarse o inclinar la cabeza en señal de sumisión, dicho esto los humilladeros  eran pequeños lugares de devoción religiosa que se ubicaban generalmente  en las entradas o en las afueras de los pueblos o ciudades con una imagen o una cruz.


Fuente Google Maps

Estos lugares eran fácilmente reconocibles para la gente de entonces. situados  en los extrarradios de Madrid. Los viajeros paraban, se refrescaban, y rezaban (de ahí lo de humilladero) antes de entrar en la ciudad. Básicamente consistían en unas gradas en cuyo centro se colocaba una columna rematada por una cruz con el fin de fomentar la piedad de los caminantes. Con el paso del tiempo los humilladeros se transformaron en pequeñas capillas o ermitas.



Foto José M. Bustos

Los dos únicos que quedan en Madrid son una hornacina con una Virgen en la plaza de Ramales esquina a la calle de Vergara y del que vamos a hablar  en esta entrada es una pequeña capilla que está en la calle Fuencarral. dedicado a Nuestra Señora de la Soledad.

Foto José M. Bustos

La capilla, de pocos metros cuadrados y que hoy permanece cerrado, se puede divisar el interior mediante sus ventanucos se construyó por el marqués de de Navahermosa, Ponce de León y Francisco de Feloaga en 1712.

Es una sencilla capilla de ladrillo visto y zócalo de sillares, con planta cuadrada y un arco de medio punto en la entrada y otro marcado en el muro de la fachada contigua. En el portón de madera, una rejería de principios del siglo XVIII protege una abertura acristalada para ver el interior. Dentro, al frente, un modesto altar con retablo compuesto de dos pilastras jónicas y el cuadro del XVII de la Virgen de la Soledad, el cual se encontraba bajo un arco desde tiempos muy antiguos y anteriores a la capilla.

Foto José M. Bustos

Foto José M. Bustos

Junto a la virgen, hay un Cristo crucificado que le acompaña, de tamaño real, llamado del Consuelo, según parece de finales del XVII. La Soledad de la Virgen representa el período que transcurre entre la muerte de su hijo y su resurrección.




Foto José M. Bustos

Foto José M. Bustos

Foto José M. Bustos

Foto José M. Bustos

Foto José M. Bustos

Foto José M. Bustos

Lo que da pena es que este lleno de grafities y que no se le cuide un poco más al ser una pieza única del patrimonio de Madrid.


BIBLIOGRAFIA



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