Pues sí, en Madrid tuvimos una Real Fábrica de Cera. La Cera fue un producto imprescindible ya que con ella se fabricaban las velas que iluminaban las casas hasta la llegada primero del gas y después de la electricidad.
La Real Fábrica de Cera de Madrid fue una de las manufacturas reales más importantes del siglo XVIII, concebida para satisfacer las necesidades de iluminación de la Casa Real española y, posteriormente, del mercado general.
El Palacio Real y los Reales Sitios consumían una gran cantidad de velas para su iluminación.
Miradas de Madrid _(MdM) Real Fábrica de Cera. Fachada de la Calle La Palma, foto José M. Bustos |
Isabel de Farnesio, madre de Carlos III, fue la que concibió la idea de construir una Real Fábrica para las velas de los Reales sitios, ella pensó construir la fábrica en el entorno del Palacio de la Granja.
No fue hasta 1788 cuando Carlos III funda la fábrica pero en Madrid, en concreto, en la Calle de la Palma, en el Barrio de Maravillas aunque en el siglo XVIII el sitio estaba casi en las afueras de la ciudad.
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Miradas de Madrid _(MdM) Real Fábrica de Cera. Ubicación en un fragmento del el Plano Geométrico de Madrid de Tomás López de 1785, la Fábrica ocupaba el lugar marcado, fuente visualizaciones.ign.es |
Para la fabricación de las velas, Carlos III trae a los mejores artesanos de Europa. No fue hasta 1801 cuando la fábrica empieza a producir para los Reales Sitios y para la venta al público general. Pronto la Fábrica logra fama internacional y un reconocido prestigio.
En la Guerra de la Independencia la fábrica es saqueada por la soldadesca francesa y el edificio queda muy dañado. Acabada la Guerra y con Fernando VII se reconstruye la fábrica y vuelve a recuperar su producción.
Ya siendo regente María Cristina se utiliza el gas para la iluminación del Palacio y de otros Reales Sitios por lo que la fábrica deja de ser rentable se pone a la venta y se cierra en 1834.
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Miradas de Madrid _(MdM) Real Fábrica de Cera. Detalle central de la fachada de la Calle La Palma, foto José M. Bustos |
Un comerciante, Federico Carducho Ponce, adquirió los restos y trasladándose a un local más pequeño decidió conservar la producción pero claro en menor escala pero manteniendo la calidad del producto y el sello de Real oficio de Cerería La Palma.
La Fábrica se cierra de forma definitiva en 1918 con el uso de la electricidad de forma generalizada y dar de esta forma casi tres siglos de la industria cerera madrileña.
El edificio en 1885 es adquirido para ser Fábrica de Chocolates Matías López, también años después, hasta 1999, fue sede del Gremio de Panaderos. Hoy es sede de una agencia de publicidad.
Miradas de Madrid _(MdM) Real Fábrica de Cera. Fachada de la Calle La Palma, foto José M. Bustos |
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