El antiguo Alcázar de
Madrid se ubicaba hasta el 24 de
diciembre de 1734 cuando fue destruido por un pavoroso incendio, donde
hoy está el Palacio de Oriente.
Su origen es
muy antiguo, según la versión oficial de la historia, por su posicionamiento
estratégico en una colina de difícil acceso que dominaba todo el Manzanares y
que era paso obligado desde la submeseta norte a Toledo, núcleo importante de la
España musulmana y bien servía de apoyo a las racias de los agarenos en
territorio cristiano o punto defensivo de la cadena de fortalezas y atalayas
que defendían el Guadarrama y la linea del Tajo para los musulmanes respecto a
las racias de los cristianos. (Vease http://miradasdemadrid.blogspot.com.es/2014/12/historia-de-madrid-capitulo-vi-madrid.html).
Dibujo de Madrid de 1562, fuente Wikipedia |
Yo creo que
es anterior a los musulmanes pero no hay pruebas arqueológicas que demuestren
mi teoría. Creo que en el lugar debería haber un asentamiento carpetano, agua
en abundancia, caza, cereal…. Un sitio privilegiado (véase http://miradasdemadrid.blogspot.com.es/2014/05/historia-de-madrid-capitulo-3-pueblos.html).
Si se han encontrado algunos restos de castros similares en la Gavia dentro del Parque lineal del Manzanares, también en
Miralrio en Rivas, el origen de Complutum, Santorcaz, etc. ¿Por qué no en
Madrid?, por su situación y recursos, es de lógica.
Pero seguimos
con el Alcazar, la versión oficial es que en época del emir Muhamad I
(852-886), en una fecha indeterminada comprendida entre los años 860 y 880
levantó una fortificación en ese mismo solar y fue nucleo de la ciudad de
Mayrit (véase http://miradasdemadrid.blogspot.com.es/2014/12/historia-de-madrid-capitulo-vi-madrid.html)
y que poco a poco se convirtió en destacada fortaleza en la línea defensiva del
rio Tajo.
Vista del alcazar, anonimo finales siglo XVII fuente MAN |
El viejo
castillo fue objeto de diferentes ampliaciones con el paso del tiempo, quedando
la estructura original integrada dentro de los añadidos. Así puede observarse
en algunos grabados y pinturas del siglo XVII, en los que aparecen, en la
fachada occidental (la que da al río Manzanares), cubos semicirculares que
desentonan con el diseño general del edificio. Cabe pensar que esa fachada
pertenecía originalmente al castillo musulmán y que se incorporó al alcázar, al
utilizar la fortaleza inicial como base del nuevo edificio.
Una vez
Reconquistado Madrid por los reyes de Castilla La dinastía de los Trastámara
convirtió el edificio en su residencia temporal, de tal modo que, a finales del
siglo XV, el Alcázar de Madrid era ya una de las principales fortalezas de
Castilla y sede habitual en la convocatoria de las Cortes del Reino.
Vista del alcazar de autor desconocido, fuente Wikipedia |
El castillo
agareño fue reformado por Enrique III que
levantó diferentes torres, que cambiaron
el aspecto del edificio, otorgándole un aire más palaciego. Su hijo, Juan II,
construyó la
Capilla Real y añadió una nueva
dependencia, conocida como la Sala Rica junto a la fachada oriental que es
la que da a la actual plaza de Oriente. Enrique IV residió
largas temporadas en el Alcazar y en él nació Juana la Beltraneja, una de sus
hijas.
En 1476, los
seguidores de Juana la Beltraneja fueron sitiados en el edificio, en el
contexto de las disputas por el control del trono de Castilla con Isabel la
Católica. El recinto acusó daños de consideración durante este cerco.
En la guerra
de las Comunidades de 1520 a 1521 sufre graves daños por lo que Carlos I
decide realizar la primera ampliación de importancia acometida en el edificio
que efectuó en el año 1537, duplicando su superficie original. Esta remodelación se relaciona probablemente
con la voluntad del emperador de fijar la Corte de forma definitiva en la villa
de Madrid, algo que no se materializó hasta el reinado de Felipe II
El Alcazar desde la Casa de Campo, Louis Meunier fuente www.madrid.es |
Las obras
comenzaron en 1537, bajo la dirección de los arquitectos Luis de Vega y Alonso de Covarrubias, ampliación de rasgos
renacentistas con arcos de medio punto en los patios y la escalera principal.
La ampliación consistió en renovar las dependencias antiguas, articuladas
alrededor del Patio
del Rey, ya existente en el castillo medieval y la creación del Patio de la
Reina y de unas nuevas salas para la reina, distribuidas en torno al
mismo. También se levantó la Torre de Carlos I,
en uno de los ángulos de la fachada septentrional, la que da a los actuales
Jardines de Sabatini. Estos nuevos añadidos supusieron duplicar la superficie
original del edificio.
Sin embargo,
es a Felipe
II, impulsó la adaptación
definitiva del edificio en residencia palaciega, especialmente a partir de
1561, cuando decidió establecer la Corte de forma permanente en Madrid.
El rey ordenó
la reforma de sus aposentos, así como de otras estancias, y puso un empeño
especial en la decoración de las salas realizada por artesanos españoles, flamencos,
franceses e italianos. Las obras, que se extendieron desde 1561 hasta 1598,
fueron dirigidas inicialmente por Gaspar de la Vega.
Primer patio del Alcazar fuente Biblioteca Nacional |
La aportación
más relevante del rey en el Alcázar fue la Torre Dorada,
obra de Juan
Bautista de Toledo. Este torreón presidía la arista suroccidental
del Alcázar y estaba rematado con un chapitel de pizarra, cuyo trazado recuerda
la factura de las torres esquinadas del Monasterio de El Escorial, que se estaba
construyendo simultáneamente.
La parte
comprendida entre las dos torres primitivas de la fachada meridional adoptó un
aire más ceremonial, mientras que en el ala septentrional se dispuso el área de
servicios. La zona occidental quedó reservada a las dependencias del rey,
enfrentadas por el este con las de la reina. Ambas áreas estaban separadas por
los dos grandes patios. Se realizó también la construcción de la Armería Real, derribada en el año 1894. Ocupaba el
lugar donde hoy se alza la cripta de la Catedral de la Almudena y formaba parte
del complejo de las Reales Caballerizas, dependiente del Alcázar.
En el reinado
de Felipe
III las reformas se centraron en
la fachada meridional. Su proyecto, encomendado a Francisco de Mora, consistía en armonizar la fachada sur a partir de
las características arquitectónicas de la citada Torre Dorada.
Plaza de la Armeria en 1704, Nicolás Guerard fuente www.madrid.es |
Estas obras
fueron finalizadas por Juan Gómez de Mora ya en el reinado de Felipe IV
que introdujo arires barrocos, estilo imperante en aquellos años esta reforma
de la fachada pervivió hasta el incendio que destruyó el Alcázar. El conjunto
ganó en luminosidad y equilibrio, gracias a una sucesión de ventanas y columnas
articuladas a partir de dos torres simétricas. Además de la citada fachada
meridional, se remodelaron las restantes fachadas, excepción hecha de la occidental,
que continuó siendo la del antiguo castillo medieval.
Este monarca
construyó el palacio del Buen Retiro (véase http://miradasdemadrid.blogspot.com.es/2016/09/el-palacio-del-buen-retiro-1-parte-los.html)
y no residió en el Alcázar como los Austrias anteriores.
En el reinado
del último Austria, Carlos II, se realizaron algunos retoques. La
Torre de la Reina, fue rematada con un chapitel de pizarra, para mantener la
simetría con la Torre Dorada, erigida en tiempos de Felipe II, en el otro
extremo. Asimismo, la plaza surgida a los pies de la fachada meridional
incorporó diferentes dependencias y galerías.
Plaza de la Armeria, fuente ABC |
Con Felipe V llega una nueva dinastía: los Borbones, este rey
acostumbrado al lujo de Versalles encontraba austero y primitivo el Alcázar de
los Austrias por lo que intentó reformar todo el interior con decoraciones
suntuosas al gusto francés muy lejano a la austeridad castellana. Los
arquitectos que hicieron estas reformas fueron Teodoro Ardemans, sustituido
luego por René
Carlier.
Destrucción del Alcazar
En el reinado
de Felipe V, en la Nochebuena de 1734, con la Corte desplazada al Palacio de El
Pardo, se declaró un pavoroso incendio en el Real Alcázar de Madrid. El fuego,
que pudo tener su origen en un aposento del pintor de Corte Jean Ranc, se
propagó rápidamente, sin que pudiera ser controlado en ningún momento. Se
extendió a lo largo de cuatro días y fue de tal intensidad, que algunos objetos
de plata quedaron fundidos por el calor y los restos de metal (junto con
piedras preciosas) tuvieron que recogerse en cubos.
El edificio
quedó reducido a escombros. Los muros que quedaron en pie tuvieron que ser
demolidos, dado su estado de deterioro. Cuatro años después de su desaparición,
en 1738, Felipe V ordenó la construcción del actual Palacio Real de Madrid, cuyas
obras se extendieron a lo largo de tres decenios. El nuevo edificio fue
habitado por primera vez por Carlos III en
el año 1764.
Hay quien
piensa que el incendio fue “programado” por Felipe V al que no gustaba el
Alcazar y quería tener un gran palacio con aires de Versalles. Curiosamente es
los que sucedió después con la construcción del actual Palacio de Oriente.
El Alcazar desde la Puente Segoviana, fuente Wikipedia |
Distribución del Alcázar
El Alcázar de
Madrid era de planta rectangular. Su interior, articulado a partir de dos
grandes patios, estaba organizado también asimétricamente. El Patio del Rey,
situado al oeste en la parte correspondiente al castillo medieval, era más
pequeño que el de la Reina que, emplazado en el lado opuesto, distribuía las
dependencias construidas durante la ampliación de Carlos I. Entre ambos, se
levantaba la Capilla Real.
El edificio
era muy asimétrico fruto de todas las remodelaciones que ya se han comentado,
La asimetría provenía de su fachada occidental, que, al estar situada al borde
del barranco configurado por la hondonada del valle del Manzanares, resultaba
la menos visible desde el casco urbano de Madrid. Pero, al mismo tiempo, era la
primera que veían los viajeros que entraban en la ciudad por el Puente de
Segovia.
Esta fachada
fue la que experimentó el menor número de remodelaciones y denotaba el origen
medieval del edificio. Era íntegramente de piedra, con cuatro cubos o torres
semicirculares. Los cuatro cubos fueron rematados con chapiteles cónicos de
pizarra, semejantes a los del Alcázar de Segovia, lo que suavizó el aire
militar del conjunto. Las restantes fachadas estaban construidas en ladrillo
rojo y granito (aparejo
toledano), lo que daba al edificio una coloración muy característica
de la arquitectura tradicional de Madrid.
uyas
obras se extendieron a lo largo de tres decenios. El nuevo edificio fue
habitado por primera vez por Carlos III en
el año 1764.
Hay quien
piensa que el incendio fue “programado” por Felipe V al que no gustaba el
Alcazar y quería tener un gran palacio con aires de Versalles. Curiosamente es
los que sucedió después con la construcción del actual Palacio de Oriente.
El Alcazar en 1596 fuente Wikipedia |
El acceso
principal estaba en la fachada meridional que estaba presidida por dos grandes
volúmenes cuadrangulares, construidos en el medievo. Ambos cuerpos quebraban la
línea longitudinal de la fachada, la que unía la Torre Dorada, alzada en
tiempos de Felipe II, con la Torre de la Reina, correspondiente a las reformas
de Felipe III y Felipe IV.
Con el diseño
de Juan Gómez de Mora, las citadas torres fueron ocultadas, lográndose un mayor
equilibrio del conjunto, según puede observarse en el dibujo de Filippo Pallota,
del año 1704. Este arquitecto también armonizó el aspecto de las Torres Dorada
y de la Reina, al colocar sobre la segunda un chapitel piramidal, idéntico al
de la primera.
La Casa del Tesoro era un complejo arquitectónico,
destinado a diferentes servicios, que constaba de dos recintos principales: las
Casas de Oficios y las cocinas nuevas. Sus obras, que comenzaron en 1568, en
tiempos de Felipe II y finalmente fue anexada a la fachada oriental del
Alcázar, del tal forma que existía comunicación directa entre ambos núcleos.
Llegó a albergar la Biblioteca Real, antecedente de la Biblioteca Nacional, por
iniciativa del rey Felipe V. El complejo, que sobrevivió al incendio del
Alcázar de 1734, fue demolido por orden de José I, que pretendía crear una gran
plaza junto a la fachada oriental del Palacio Real.
Detalle del dibujo de Atoon Van Den Wijgaerde1562, fuente Wikipedia |
Los Jardines o Huerto de
la Priora
fueron el resultado de la
remodelación emprendida a principios del siglo XVII, en los terrenos situados
al norte y oeste del Real Alcázar de Madrid, a raíz de la fundación del Real
Monasterio de la Encarnación en el año 1611.
Situados en
el lugar que hoy ocupan los Jardines del cabo Noval, dentro de la Plaza de
Oriente, el recinto estaba gestionado por el citado convento. En los años 1809
y 1810, el rey José
I ordenó la expropiación y
destrucción del Huerto de la Priora, así como el derribo de las manzanas de
edificios existentes en sus inmediaciones, con objeto de crear una gran plaza
monumental al este del Palacio Real. Este proyecto no pudo materializarse hasta
el reinado de Isabel
II, cuando fue concluido el trazado definitivo de la actual Plaza de
Oriente.
Grabado de Cornelius Vermeyen fuente Wikipedia |
Obras de arte del Alcázar
El Palacio
guardaba en su interior importantes obras de arte de los pintores mejores y más
famosos desde el Renacimiento, de las que han quedado referencias gracias a los
inventarios realizados en los años 1600, 1636, 1666, 1686 y 1700, además de los
efectuados después del incendio de 1734 y tras la muerte de Felipe V
(1683-1746). Se estima que, en el momento del incendio, en el palacio se
guardaban cerca de dos mil pinturas, entre originales y copias, de las que se
perdieron más de quinientas. Entre las obras perdidas, una de las más valiosas,
tanto por factura como por su valor histórico, era La expulsión de los
moriscos, de Diego
de Silva y Velázquez igualmente se perdieron tres de los cuatro
cuadros de una serie mitológica que pintó hacia 1659 (Apolo y Marsias, Adonis y
Venus, y Psique y Cupido). Sólo se recuperó de esta serie Mercurio y Argos.
Otro de los
grandes pintores del que se perdieron numerosas obras fue Rubens. Entre sus
bajas podemos citar un precioso retrato ecuestre de Felipe IV y el rapto de las
Sabinas, o las veinte obras que ornaban la Pieza Ochavada.
Fuente Arshabsburgica |
El Alcazar en el siglo XVII fuente Wikipedia |
También se pierden obras de Tiziano ,Aegidius Sadeler II. Tintoretto, Veronés, Ribera, el Bosco, Brueghel, Sánchez Coello, Van Dyck, El Greco, Annibale Carracci, Leonardo da Vinci, Guido Reni, Rafael de Urbino, Jacopo Bassano, Correggio... entre otros muchos.
Unauténtico desastre en el que se perdieron obras de un valor y un talento incalculable.
Maqueta de Gomez de la Mora del Museo de historia de la Villa. Foto José M. Bustos |
BIBLIOGRAFÍA
Video Artehistoria
Pdf biblioteca virtual comunidad de Madrid
Pdf estatuas Velazquez para el Alcázar
Revista UCM
Vistas antiguas de Madrid
NOTA
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